lunes, 21 de noviembre de 2011

Salvador Dalí, estereoscopía aplicada al arte.

 
Salvador Dalí, fotografiado en 1944 por Philippe Halsman

Salvador Domènec Felip Jacint Dalí i Domènech, más conocido como Salvador Dalí, fue un genio dentro del surrealismo y en todo el arte en general. Aunque en este blog nos centraremos en su aplicación de la perspectiva y la estereoscopía a sus cuadros.

 


 
La galatea de las esferas 1.952


Siempre fascinado por la ciencia y los descubrimientos, en sus últimos años de vida empezó a producir pinturas estereoscópicas. En “Diez recetas para la inmortalidad” (Dix recettes d’inmortalité, Audouin-Deschernes, París 1973), Dalí se refiere a la visión estereoscópica como una especie de Santísima Trinidad de la Visión: el ojo derecho (el Padre), el ojo izquierdo (el Hijo) y el cerebro (el Espíritu Santo).
Dalí realizó sus pinturas estereoscópicas en los años sesenta y sesenta, transfiriendo al cuadro imágenes fotografiadas con una cámara estereoscópica en su estilo de pintura hiperrealista. Para las pinturas más grandes usaba un visor de imágenes del tipo del que inventó Wheatstone(1). La técnica audaz e innovadora de Dalí es fascinante, pero sus trabajos estereográficos no sólo demuestran curiosidad o su anticipación, como se ha dicho con frecuencia; hay una expresión de la duda esencial de Dalí acerca de lo que significa en realidad la palabra “ver”.
Entre sus obras, también encontramos pinturas externas a la estereoscopía, pero que juegan con la visión, así encontramos lienzos con ilusiones ópticas basadas en la perspectiva.

David Gilaverte


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